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Conversación con Alejandro Tovar
Conversación con Alejandro Tovar, padrino de grupo Transforma con 16 años en sobriedad.
Parte 1
Hola, buenas noches, esta noche me encuentro con el padrino Alejandro Tovar, un padrino que lleva 16 años en sobriedad, es del grupo Transforma, ya lleva no solo 16 años en sobriedad, sino 16 años ayudando a las personas, ya ha fundado otra casa también de rehabilitación. Cuéntanos cómo ha sido tu experiencia durante tu etapa de sobriedad.
Ok, mira, nosotros manejamos, antes que nada, buenas noches. Exactamente, represento dos casas de recuperación, centros de rehabilitación, Transforma Tu Destino 1 y Transforma Tu Destino 2 Memorial, nosotros manejamos, o hay un tema dentro de nuestros legados, que dice que, hay un tema que se llama, cómo llegué, qué encontré y por qué me quedé.
Ok, a ver, explícanos cómo es eso.
Mira, esto, a grandes rasgos, te puedo decir, por ejemplo, cómo llegué, yo llegué a AA a la edad de 33 años, hoy en la actualidad tengo 50 años, llegué a los 33 años y llegué con un fondo de sufrimiento muy grande, fondo de sufrimiento, ¿qué es el fondo de sufrimiento? Es cuando el adicto, ya a través del consumo, pues llegamos a una degradación humana muy grande, humillaciones, faltas de respeto de la sociedad, la misma familia ya no te acepta, a través de nuestra manera de ser, de pensar y de actuar. El alcohólico o drogadicto tiende a tener actitudes sin sentimientos, actuamos por impulso, nosotros sufrimos de una obsesión, una alergia orgánica, cuando al alcohólico drogadicto, o en este caso a mí, se me mete la idea, o se me mete la idea por drogarme, no había poder humano que...
Que te detuviera.
Nada, nada, mis hijas, mi esposa, mi madre, pues no.
Entonces, el fondo de sufrimiento es cuando tú te das cuenta de que lo que estás haciendo (2:12) te está dañando a ti y está dañando a otras personas o a los seres que tú dices amar, (2:18) pero lo sigues haciendo. No te detienes. No te detienes, lo sigues haciendo, sabes que los estás dañando, sabes que lo que estás haciendo está mal, pero se sigue haciendo.
Entonces, yo llego a un centro de rehabilitación, pues llego muy mal, llegué muy mal, llegué sin ganas de vivir, muerto espiritualmente, pensando que yo no valía nada, pensando que Dios me había dado muchas oportunidades y que yo no las había aprovechado. Y yo decía, pues ya valí, mi esposa me vino a anexar porque ya no quiere estar conmigo y digo no la culpaba porque la vida que yo le di a través de mi adicción pues no fue nada agradable.
Claro.
El tener que tenerla sin el sustento que era mi obligación darle.
Sí.
Entonces ella tenía que trabajar y tenía que mantener a mis hijas y mantenerme a mí.
Entonces, ¿cómo llego yo a AA? Llego con una tristeza muy grande, con un remordimiento de conciencia, con una frustración hacia la vida, hacia mí, pensando que para mí pues ya no había nada. Yo decía, yo ya valí, no sé, ya aquí voy a estar y no sé.
Te resignaste.
Voy a salir y probablemente vuelva yo a beber. Porque para serte honesto, no te voy a decir que llegué convencido o que llegué así de no, voy a llegar y me voy a quedar y le voy a echar ganas. Yo llegué nada más por parar el problema.
De negación.
Sí, y mi mente albergaba la idea de seguir consumiendo. O sea, decía voy a consumir menos, ya no voy a robar, si trabajo voy a comprar mi despensa y posteriormente compro mi droga, lo que me alcance. Muchas veces lo traté de hacer y jamás pude, jamás pude. Muchas veces decía, nada más me voy a fumar una piedra, pero terminaba con toda la quincena y con más. Entonces, ¿qué encontré? ¿Qué encontré yo en AA? En AA encontré a una familia, en AA encontré una nueva manera de vivir, una oportunidad. Yo lo vi de esta manera, que Dios me estaba dando una nueva oportunidad de vida y me agradó, o sea, me agradó el sentirme un día sin sustancia. O sea, yo decía, llevo 24 horas sin drogarme, algo que mucho tiempo lo quise hacer y no pude.
¿Y sentiste un cambio en ti, en tu cuerpo, en tu mente después de esas 24 horas?
Claro, claro, o sea, mi chip cambió, cambió totalmente. Yo me di cuenta que había una oportunidad muy grande de salir adelante y que la tenía que aprovechar. Ya tenía en ese tiempo, te digo, 33 años y decía, ya no, o sea, encontraron trabajo tan fácilmente, no.
Una pregunta, cuando te anexaron, ¿cuánto tiempo llevabas dentro del consumo?
22 años.
22 años, ¿sin parar?
Yo empecé a consumir a los 12 años.
Ok.
Llevaba yo 22 años consumiendo, consumí cocaína, marihuana, cocaína fumada, lo que es la famosa piedra, los chochos, ¿no?
Sí, sí.
Chochos, este, alcohol.
Entonces, yo pensaba que ya no iba yo a poder cambiar, o sea, yo decía, yo me voy a morir siendo un adicto.
Sí.
Yo así me veía y así me visualizaba. Entonces, cuando yo empiezo a ver que hay una oportunidad de que yo me pueda superar y que yo pueda, pues, hacer algo por mi familia, porque, te digo, mi familia estaba muy mal en todos los aspectos.
Sí.
Dije, pues, de aquí soy, de aquí soy y empecé a obedecer, primeramente obedecer, ¿no?, al alcohólico drogadicto si algo nos caracteriza es la desobediencia.
Claro.
Y viene desde la niñez. La niñez mía. La rebelleza desde la niñez.
Sí, sí.
La maestra te dice, a ver, voy a dejar la tarea y mañana la reviso, y estaba yo antes de entrar a la escuela haciendo la tarea, o decía la maestra, voy a salir a la dirección, no se paren, y era el que me paraba y empezaba a hacer la tarea.
El primero que lo hacía, ¿no?
Exacto.
Entonces, la rebelleza es una habilidad que nos marca nuestro primer paso, pues, la doy cuenta que viene desde antes del consumo.
Sí, totalmente.
Entonces, de ahí nace, ¿no?, de esa actitud.
Exacto. Y es lo que te lleva al consumo.
Sí, cuando uno actúa sin pensar.
Actúa uno, hace las cosas y ya después piensa, hijos de la rebelleza. Ya lo hice, ya lo hice.
Sí, sí, sí.
Entonces, empiezo a encontrar en la fraternidad de AA, empiezo a encontrar comprensión, amor, confianza, que era lo que ya no había.
Confianza.
Ya no había. O sea, ya a mí en la calle me veían y me daban la vuelta, ¿no?
Sí.
Entonces, ya la misma familia en la casa, si dejaban algo y se les olvidaba, regresaban, y lo guardo porque si no, ya no va a estar.
Sí, sí.
Entonces, eso a mí me agradó, el empezar a encontrar en ese círculo, empezar a encontrar confianza, empezar a encontrar amor, y personas que no me conocían que me empiezan a motivar, a decirme, sí se puede, échale ganas, la decisión es tuya, ya estás en el lugar correcto, ya estás con las personas correctas.
Ya nada más es cuestión de que tú camines sobre la línea, ¿no?
Y eso me empezó a agradar. ¿Por qué me quedé en AA? Porque me empezó a agradar la vida sin alcohol y sin droga.
O sea, empecé a darme cuenta que yo podía ser feliz y yo podía ser una persona útil y de provecho, sin necesidad de alcohol y de droga, porque si yo escuchaba, a mí me gusta mucho el rock, entonces si yo escuchaba al Tri o a Los Ángeles del Infierno o algo, lo primero que generaba en mi mente era droga.
¿Lo relacionabas todo ya con la droga?
Una mona, un toque y voy a escuchar chido las otras, ¿no? Y si estaba triste, ponía Los Tígeres del Norte, La Banda del Recodo o eso, tomar y, o sea, siempre buscar la justificación. Entonces, en AA encontré que podía yo escuchar (8:15) todo ese tipo de música sin necesidad.
Sin necesidad de consumir algo, ¿no? Generar a eso, ¿no?
Disfrutarla, disfrutar una buena canción de amor por escucharla, disfrutar una buena canción de rock, a lo mejor hablara de droga, de violencia, de sexo, pero no generar droga.
Parte 2
Entonces, el empezar a darme cuenta que yo podía ser alguien, que podía ser alguien por otra persona, eso me agradó.
El poder apoyar a alguien más.
Exacto, porque lo hicieron conmigo. (0:14) Entonces, si algo nos enseña a doble A es a ser agradecidos.
Totalmente.
A ser agradecidos. Y eso me agradó, me agradó mucho porque siempre fui una persona, o he sido una persona hasta el día de hoy, soy muy noble. Soy muy noble, como todos en familia nos enseñan principios, valores, pero todo eso se pierde a través del consumo.
Sí, se va a perder.
Y en AA lo encontré, o sea, volví a recuperar mis valores.
Lo reencontraste, ¿no?
Sí, sí, sí, me encontré a mí mismo. Y hasta uno se le olvida lo que se siente tener eso en la vida.
Exacto, sí, sí.
Entonces, en AA empecé a recuperar mi vida, empecé a recuperar mi vida. Yo viví una etapa de un proceso de anexo de nueve meses, donde estuve anexado. Posteriormente, la sugerencia que se me dio fue estar tres años de media luz, donde yo vivía en el grupo.
Mi esposa, mis hijas, en ese tiempo mis hijas tenían, la más pequeña tenía tres meses, mi otra hija tenía siete años. Y ellos me iban a ver todos los domingos, me iban a ver todos los domingos. Entonces, yo salía a trabajar y yo no tenía nada que ir a hacer a la casa.
Me decía mi padrino, mira, Alejandro, deja en paz a tu familia, porque tú no sabes si te vas a quedar, no sabes si vas a cambiar. Entonces, ya no los dañes, no les vendas falsas esperanzas. No les digas, no les pidas perdón, no les digas, ya voy a cambiar.
Y van a ver, ¿no? Demuéstraselos con hechos.
Como hazlo por ti mismo.
Exacto, es que eso es lo que te inculcan. No podemos estar en una etapa de internamiento o estar en un proceso de recuperación y decir, voy a cambiar por mi mamá, voy a cambiar por mi esposa, por mis hijas. Eso es mentira.
No, es por uno mismo. Y como dices, el cambio se ve y se refleja.
Exacto. Entonces, yo empecé, hubo las ganas de superarme. Estudié la preparatoria.
Yo llegué a AA con la secundaria. Estudié la preparatoria, estudié la universidad. Hoy soy licenciado en Administración de Empresas.
Entonces, encontré en AA la felicidad. No te voy a decir que todo es color de rosa. No, hay problemas como todos.
Claro.
Pero el día de hoy los vamos a enfrentar sin alcohol y sin droga. Hoy vamos a un problema darle una solución. No buscar el...
Sin necesidad de fugarse, ¿no? O sea, confrontar la situación y buscar como tú hayas una solución.
Tengo este problema, pues voy a beber, voy a drogarme para olvidarlo. No, ese tiempo ya pasó. Ese tiempo ya pasó.
Y hoy en día, pues yo estoy orgulloso de mis hijas. Tengo dos hijas hermosas. Una es licenciada, se acaba de recibir de igual manera.
Es licenciada en Ecoturismo y Sustentabilidad. Mi otra hija está estudiando. He podido darle muchas satisfacciones a mis hijas.
Aparte ha sido un buen ejemplo para ellas de que se puede salir de los problemas de la vida.
Hay ocasiones en las que el adicto... Somos muy egoístas. Si yo no lo tuve, ¿por qué mis hijos lo van a tener?
O sea, si mi padre a mí no me dio, ¿por qué yo se los voy a dar? Y sé que durante algún tiempo o algunos años yo actué de esa manera porque fui muy egoísta con mis hijas. Fui muy... Pues sí, egoísta, esa es la palabra correcta. Entonces hoy en día yo vivo para ellas. A mi esposa de igual manera.
A mi esposa la amo, la amo mucho. Y es una persona que tuvo mucho que ver en mi recuperación. Porque ella tomó la decisión de anexarme. Ella se armó de valor y me anexó. Y me ha apoyado dentro de mi proceso hasta el día de hoy. Sé que he fallado mucho como padre, como esposo.
Porque muchas veces le dedico más tiempo a mi recuperación. Y muchas veces se malentiende. No es que yo sea egoísta.
Yo si algo le digo a mi familia es que yo no quiero volverlos a dañar. Y si yo me alejo de AA, garantizo volver a beber.
Sí, como dijiste hace rato en la junta. No importa si pasan 16 años, no podemos bajar la guardia. Tenemos que seguir luchando contra esta enfermedad.
Y fíjate que hay algo muy interesante en todo esto. Porque muchas veces se piensa que estar en AA garantizamos y no. Te decía, si yo me alejo de AA, garantizo volver a beber. Al tiempo que sea, voy a volver a beber y me voy a volver a drogar. Y si sigo en AA, hay menos probabilidades de que vuelva a consumir. O sea, tampoco es una garantía.
Todavía hay probabilidades.
Sí, porque para serte honesto, hasta el día de hoy a mí se me sigue antojando.
No, claro.
Será mentira decirte, a mí la marihuana ya no se me antoja. No, se me antoja. Pero hoy, gracias a Dios, gracias a AA, hay la fuerza de voluntad de poder decirlo. O sea, hoy he aprendido o algo que he encontrado es aprender a ver la diferencia. O sea, ya no es como antes de, me voy a dar un toque, no pasa nada. Total, no se van a dar cuenta. Me echo botas, una hostia, no pasa nada.
Ya lo piensas.
Hoy ya sé qué es lo que va a pasar si yo vuelvo a consumir. Y si algo yo tengo bien claro es que no quiero volver a consumir. Pero sé que lo puedo hacer.
Sí, exacto.
Entonces, si yo no quiero volver a consumir, pues tengo que estar metido en la marihuana.
Sí, invertirla uno mismo, invertirse.
He tenido que sacrificar a mi familia por mi recuperación. Pero yo creo que muchas veces es preferible volverlo a beber.
Exacto. Como dicen, el fin justifica los medios. Si es para poder apoyar a tu familia, apoyándote a ti mismo, es válido.
Sí, porque yo no quisiera ver hoy a mis hijas ya grandes que me vean destruido. Porque yo sé de lo que soy capaz. Yo soy una persona que no para y que si yo vuelvo a consumir, ya me voy con todo. Y todo lo que he hecho en 16 años, lo puedo destruir en meses.
Sí, mejor mantenerlo, seguir invirtiendo en esa sanación.
Entonces, tenemos un centro de rehabilitación, Transforma Tu Destino I, que se abrió. Y posteriormente abrimos la segunda casa, que es Transforma Tu Destino II Memorial. Y el ver a la gente que lucha por tratar de cambiar su vida, eso me llena. No al llegar al grado de la soberbia o de creerme. La verdad es que yo soy un instrumento nada más y trato de hacer lo que hicieron conmigo.
Es una cadena.
Tengo a hijados de años, tienen 8, 9, 10, 11, 12, 14 años. Y cuando les llegamos a festejar su aniversario, yo siempre les digo, hoy estás aquí no por mí, estás por ti. Primeramente porque Dios te dio la oportunidad y en segundo porque tú la has aprovechado. Yo nada más fui un instrumento, yo nada más te he dicho cómo lo he hecho yo y cómo me ha funcionado.
Sí, te he guiado, pero el que ha tomado la decisión de hacerlo eres tú.
Sí, porque el cambio radica totalmente en uno. Sí. Y esto de AA radica a través de las experiencias. La experiencia debe de ser vivida y trascendida.
Exacto. Porque si se vive y no se trasciende, vamos a vivir atrapados en el pasado.
¿Y cómo se trasciende desde la experiencia?
Mira, yo, a mí la manera en la que a mí me ha funcionado el trascender es hablar el antes, el durante y el después.
Ok.
De cualquier experiencia que haya vivido. Trabajarla. Un ejemplo muy absurdo: cuando yo me drogaba, primero era empezar a generar dinero para la sustancia.
Sí.
Porque amanecía sin un quinto. En mi mente qué decía, droga, droga, droga, droga. Entonces, ¿cómo le voy a hacer? Me paraba, tiraba basuras, hago una fechoría o robaba a mi familia. Ya teniendo el dinero, empezar a sentir la emoción de ya, ya, ya voy a consumir.
Ese rush, ¿no?
Empezar a sentir esas ganas de hacer del baño.
Sí.
Esas ganas de vomitar.
Sí.
El caminar y ver las calles que se me hacían grandísimas. Llegar a comprar y a ver también mi dosis, tenerla en la mano. Y de regreso querer llegar al lugar para podérmela fumar.
Sí.
Y ya cuando me la fumaba, me la terminaba. Decía, híjole, me gasté tanto en esto, hubiera comprado mejor dos litros de leche, un litro de leche, pan, tortillas, hubiera llevado a la casa. O sea, el remordimiento que se siente.
El remordimiento, sí.
Entonces, cuando tú empiezas a hablar esas experiencias, el antes, el durante y el después, es cuando las puedes trascender. Y no nada más es hablarlas una vez. No, es hablarlas una y otra, y otra, y otra vez. Hasta que tú mismo sientas.
Es como reinvertir el círculo vicioso, ¿no?
Es correcto. En vez de que acabe en tristeza, en culpa, en remordimiento, que acabe en algo positivo.
Sí.
A ver, ya lo viviste, ya lo hiciste. Porque somos muy dados, el adicto, a tener mucho el sentimiento de culpa.
Sí.
Híjole, ¿eso qué hice? Híjole. Porque yo cuando llegué a Náxalo, y estaba yo sentado en la primer silla, y escuchaba yo la terapia, y hablaban de los daños, y decía yo, chaval, es que yo, es que, híjole. O sea, ya no, ya no, o sea, llegó el momento en el que me dijeron, es que ya no te sigas revolcando en el mismo lodo, ya sal de ese lodo.
Entonces, el dolor es inevitable, pero el sufrimiento…
Es opcional, exacto. El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.
Parte 3
Entonces aprendí a trascender ese dolor. Algo muy importante, dice nuestra literatura que la causa primordial que ha llevado a más alcohólicos a volver a beber es el resentimiento. Y el resentimiento es veneno puro para el alcohol.
¿Por qué?
Porque es muy fácil y es muy bonito culpar a los demás que admitir tu propio error.
Exacto.
Entonces yo entendí que el resentimiento más grande que yo traía era hacia conmigo mismo. Al darme cuenta de todo el daño que había causado y darme cuenta que yo era el causante de que yo estuviera, como les decía ahorita, o sea, el que estén ustedes ahorita aquí, ustedes lo decidieron. O sea, yo no podía decir, ay, es que me anexaron y qué mala onda, qué malos son.
No, dije, pues yo me lo merezco.
Sí, aprendiste a volverte responsable, ¿no?
Sí. Dicen que al ir responsable lo vamos a volver responsable. Entonces, todo eso es lo que yo he encontrado en AA.
Mi vida ha cambiado, mi vida ha cambiado. Y sé que todavía me falta muchísimo.
Mucho, mucho camino por recorrer, ¿no?
Son 16 años que me ha costado mucho trabajo, mucho trabajo. Mi familia me ha apoyado. He estado trabajando conmigo constantemente.
He tratado de ayudar a los demás, porque nuestra misma literatura nos marca y nos dice que nada va a garantizar más tu abstinencia que trabajar intensamente con lo otro. Entonces, es lo que yo trato de hacer. Muchas veces me siento impotente, de igual manera, porque no doy el 100.
O sea, yo mismo muchas veces entiendo, a ver, no estás dando lo que deberías de dar. O sea, como que a medias, a medias. Entonces, yo me rijo con la voluntad de Dios.
Yo, desde que yo llegué, yo decidí anexarme. Le dije, Señor, márcame el camino, yo lo voy a seguir. Y muchas veces no nos agrada la voluntad de Dios.
Lo que Dios decide, o los caminos que Él nos da muchas veces no nos gustan, pero pues he aprendido a aceptarlo, ¿no? Es muy difícil, muchas veces, que el alcohólico tenga una fe, o que crea en un... ¿Cómo un adicto puede recuperar la fe?
Dice la literatura, a ver si me acuerdo, dice que es más fácil que recupere la fe alguien que la tuvo y la perdió, que alguien que nunca la ha tenido.
Ok, porque ya la conoce.
Exacto. Entonces, nos habla de una fe con obras.
¿Qué quiere decir esto?
Que no basta tener fe. Ay, sí, Señor, yo creo en Ti, Señor, y voy a tener un trabajo como el que siempre he querido, pero ¿qué vas a hacer para tenerlo?
Exacto, ¿qué vas a hacer al respecto? ¿Cómo vas a llegar ahí, no?
Mira, yo empecé en la empresa donde yo trabajo, yo empecé como ayudante en general, empleando tarimas, estibando, jalándolas con un patín, de ayudante en general. Posteriormente estuve como jefe de almacén de un área, y hoy en día estoy como gestor de compras en la empresa. Entonces, el empezar a darme cuenta de lo que hago, de la magnitud, o sea, comprar para Estados Unidos, comprar países de Europa, tomar decisiones muchas veces para la empresa en cuestiones de logística, o sea, digo, ¿cómo?
Sí se puede, sí se puede.
Entonces, tú dime si no voy a estar agradecido con AA, o si no voy a seguirme quedando, si he encontrado muchas cosas maravillosas.
Y ahí es mantener esa constancia, ¿no? Has seguido invirtiendo en eso, no lo has dejado. Eso es tan importante, no solo empezar, sino seguir haciéndolo día a día. Y como dices, a veces no damos el 100%, pero con que des el 80, el 90, el 70, con que des lo mejor de ti cada día, aunque no sea el 100, ya hay un avance.
Sí, nos enseñan que esa es nuestra capacidad. Hay una, algo que nos marca en nuestros principios, que dice que debemos de aprender a trabajar la cruz de la sobredad, ¿no? Trabajo, casa, grupo y diversión. ¿Cómo era? Trabajo, casa, grupo y diversión. Entonces, no podemos darle más a un lado porque el otro se va, pero es bien difícil.
Mantener el balance, ¿no?
Sí, es muy difícil, de verdad es muy difícil. Yo he perdido, he tenido que perder cosas por estar en doble, cosas que amo, cosas, personas que amo. He tenido que tomar decisiones muy difíciles, muy difíciles, porque muchas veces se piensa que uno es egoísta, o se piensa, no, es que lo está haciendo porque prefiere, no es de que lo prefiera, es que es mi necesidad.
Exacto.
Y yo lo que menos quiero es volver a beber.
Es que cuando uno pasa por esas situaciones, aprende lo, qué tan importante es el amor propio, ¿no? Exacto, es amor propio. Y como tú dices, o sea, se tiene que, como la fe también se construye, y también hay que sacrificar relaciones, malos hábitos, para poder llegar a un amor propio que nos pueda satisfacer como seres humanos, ¿no crees?
Sí, claro, es como te decía, a través de que estuve hospitalizado hace unos meses, pues tuve que tomar la decisión de dejar de fumar. Y es algo que me ha costado y me está costando como no tienes una idea, pero lo dijiste bien claro, cuando hay amor propio. Ahora, pues yo quiero, si Dios me presta vida y llegara muchos años más, yo ahorita sí me pongo a pensar, digo, ya tengo 50, híjole, yo creo que por lo mucho a los 85, que me dé chance el jefe de llegar, ya no más son 35 años, pero los quiero disfrutar, los quiero disfrutar bien, la verdad, y yo sé que puedo volver a consumir.
O sea, eso yo lo tengo bien claro. (6:04) Puede, es más fácil que vuelva a consumir a que me siga manteniendo.
Sí, sí, pero nunca hay que bajar la guardia.
Ah, claro, por eso es mi aferramiento a seguir, solamente hay un dicho que decían las abuelitas, que solamente el indio sabe lo que carga en el costado, entonces solamente yo sé lo que me ha costado y por qué he tenido que tomar decisiones muchas veces a lo mejor, pues que muchos las ven como que no son las correctas, pero yo lo que menos quiero es dañar a mi familia, volvemos a dañar. De verdad, yo en una ocasión, en un aniversario, le decía yo a mi esposa y a mis hijas, si yo vuelvo a beber, me alejo de ustedes, me desaparezco.
Porque sabes lo que puede pasar.
Sí, sé perfectamente bien lo que puede ser. Cuando uno habla del fondo de sufrimiento, muchas veces piensan, o se dice que el fondo de sufrimiento lo toca aquel que ya está en la calle, porque la tabla del alcohólico nos marca tres etapas, que es el alcohólico sociable, drogadicto sociable no hay, el alcohólico sociable es aquel que se toma una, dos, tres, y sin problemas se va a su casa, a lo mejor se emborracha una noche, pero al otro día se la cura ya y el lunes se va a trabajar.
O sea, sigue siendo funcional.
Exacto, el alcohólico sociable. El alcohólico problema es aquel que ya empieza a faltar al trabajo, que ya en la casa ya está de agresivo, que toma tres, cuatro días sin parar, que ya sale a la calle y ocasiona problemas.
O sea, ya empieza a afectar su contexto.
Exacto, y el alcohólico crónico que es aquel que ya, ya nomás vive para tomar.
Su vida gira en torno al alcohólico. Nada más a las sustancias. Entonces, yo me di cuenta que yo ya estaba llegando al grado de ser un alcohólico, un drogadicto crónico, porque yo ya, o sea, yo despertaba y lo primero que generalmente es cómo le voy a hacer mi parado.
Tu pensamiento giraba en torno a eso.
No había así de, ah, voy a buscar un trabajo, a lo mejor había la intención. Dice el programa que el alcohólico con buenas intenciones es un enigma desconcertante. Ok, piensa una cosa, hace una cosa y habla otra.
Sí, sí.
Entonces, yo me acostaba y decía, no señor, mañana, mañana no, te juro que no voy a consumir, mañana me voy a parar, me voy a poner a trabajar y al otro día parándome, ¿cómo lo voy a hacer? ¿Cómo lo hago?
Se hace inolvidable.
Entonces, tuve, tuve que tomar la decisión. Yo no, yo no, yo te puedo decir que toqué, o sea, yo te puedo decir que toqué un fondo de sufrimiento porque sí sufría ya cuando consumía.
O sea, ya era un sufrimiento muy desagradable porque, te vuelvo a repetir, me daba cuenta que le quitaba el pan de la mesa a mis hijas, a mi esposa, por consumir. Porque no era una persona responsable y se sufre, o sea, se sufre cuando te estás drogando o estás alcoholizándote y sabes, chale, en lugar de haberme ido a la fiesta con mis hijas, en lugar de haber ido a bailarme, en lugar de, o sea, prefiero esto, ¿no?
Sí.
Entonces se sufre. No hay necesidad de quedarte tirado en la calle, de estar con el escuadrón de la muerte, de andar todo mongruso para decir que toqué un fondo de sufrimiento. Yo te puedo decir que yo no toqué un fondo de sufrimiento, yo me acosté en el fondo de sufrimiento porque me agradó más.
Pero me agradó más la vida sin alcoholismo hasta el día de hoy.

